Delicia auditiva

viernes, 1 de enero de 2010

Indaga.




Si mis labios tocan el suelo será porque lo provocas tú.
Nunca me pasó antes esto de que mi saliba se intercambie tan deprisa. Así pues, descubrí que el tiempo vuela, las personas apestan, yo soy como el resto aunque me jodan mis propias ofensas.
A estas alturas admito que me rindo, que me cansé de buscar unos labios que me dediquen su tiempo a mí, y no !vete a saber a cuantos más!.
Pienso que tal vez todo pueda ser normal, aunque yo no lo sea, pienso que a veces
una lágrima no es nada comparada con el oceáno de donde proviene, ¿me entiendes?.
No sé, me costó olvidar, me costó olvidarme de olvidar, me costó no pensar más,
y cuando todo parecía normal, equilibrado más o menos...¡zas!.
Ahora todo ya da igual, ojos verdes de cristal,
nada siento, nada espero, ahora todo sabe mal,
ahora todo es inquietante, sé aceptar que soy insignificante como el resto de la gente.
Todo gira en torno a lo mismo, la dirección del roce.
¿A dónde llega el afecto?, ¿por qué se forma el afecto?.
El amor se lleva dentro aunque ni siquiera existe, todo se forma a partir del roce, el roce hace el cariño y del cariño se forma el odio, la rabia. El amor es la palabra que entrelaza estos dos sentidos opuestos.
Odio el frío que hace, odio que pensé que tus brazos eran parte de mí, y que parte de su plan era tapar este frío, pero veo que no.
Si lo pienso bien, me quedo con la poca paz que guardo en mi interior.

Réal...*

Al olvido con la vida
que me rompe sin motivos,
sus razones no dan paso
a este sentimiento de odio.
Pensamientos suicidas
en todo lo que escribo
pero yo no me suicido
por pensar que me dolió.
Como tú quedan muchas,
cómo yo escasean muchos,
no creo que veas cual es mi lucha,
yo no uso de tus cartuchos...


Un abrazo!.

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