
Chico, ¿te pasa algo?; ¿a mí?, !que va¡, nada interesante.
Entonces...¿qué haces ahí tirado en el bordillo de la acera, con la botella de cerveza en la mano, la ropa mojada por la lluvia, y ese porro apagado?.
Pues...digamos que...no tengo donde ir, ni donde caerme muerto, es decir, perdí a mi viejo, a mi vieja, a mis hermanos, diferentes motivos tuve, estuve dando tumbos día sí y día también, esperé a que todo se calmara para comenzar una nueva vida, conseguir novia, un trabajo, un pequeño sueldo y buscarme la vida como fuera, pero...para empezar, yo no encajo con casi ninguna chica, me huyen, algo pasa...para seguir, los trabajos son dificultosos, suponen demasiado esfuerzo y tengo los pulmones atrofiados de darle al verde, no sé si me entiendes. Así que, opté por pasar del mundo, por divagar por las calles nocturnas, mojadas, malolientes de este bodrio de ciudad, como cualquier otra. Pensé que sería mejor no estorbar a nadie, no pedir nada a nadie, morirme si fuera necesario, que nadie sepa que existo, y que nadie busque nada sobre mí, así me siento mejor.
Sin embargo, a pesar de querer todo esto, veo que sigue quedando gente con alma bondadosa, gente con ternura en la llema de los dedos, esa gente es usted, señor.
-Tras esto me dijo: Chico...espera, ¿tienes un pañuelo?, es que necesito quitarme el manantial de la cuenca lagrimal...*
Réal...*
Dentro de tu voz lo guardo,
anelo de ti cada recuerdo,
botellas, sonrisas sobre el fango,
da igual el lugar, olor de tu pelo.
Sabor a caramelo si te quiero,
sabor amargo si te fallo,
sabor a nada si te espero,
sabor a mier...si me callo.
Un abrazo!!!